PLAN DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Todas las cuestiones que debemos mejorar en nuestra ciudad afectan de manera significativa a nuestra infancia, siendo además nuestras niñas y niños el principal potencial con el que contamos para que los cambios que soñamos y requerimos sean sostenibles en el futuro. Es decir, la infancia y su realidad de partida son el principal motor de transformación con el que debemos trabajar para reflexionar, debatir, proponer y mejorar nuestros barrios y comunidades. Para tener éxito en este sentido, debemos dejar de construir únicamente bajo miradas adultocéntricas y parciales que busquen trabajar para los niños, a hacerlo desde la interdisciplinariedad, la intersectorialidad y la confluencia de ángulos, de la mano de los propios jóvenes.
En general, estamos muy acostumbrados a contar con la infancia de manera simbólica o anecdótica. A otorgarle momentos muy concretos de participación que legitimen políticas o actuaciones que han sido pensadas, diseñadas o decididas a través de procesos en donde es considerada “objeto” de intervención y no tanto sujeto activo de procesos de transformación participativos. Por ello podemos decir que la infancia se ha cosificado y ha sido vista como una realidad fuertemente parcializada, objeto de grandes preocupaciones o priorizaciones, pero con escasa capacidad de agencia. Sin embargo, cada vez se van extendiendo otros enfoques integrales como el que desarrolla el Ayuntamiento de Toledo con la asistencia técnica de IntermediAcción, procesos participativos y comunitarios a la hora de llevar a cabo nuevos planteamientos transformadores y sostenibles que requieren de una infancia más comprometida, activa e implicada con sus propias realidades de pertenencia. Y esta implicación debe generarse en todas las fases de la intervención: desde el comienzo de la reflexión y el análisis que nos lleva a diagnosticar las situaciones de partida, pasando por la materialización de programaciones o planes de actuación, hasta llegar a evaluaciones que nos permitan mejorar y reforzar lo logrado.
Este es el objetivo del proyecto: servirnos del trabajo iniciado para profundizar en una democracia participativa real donde las fronteras entre el mundo adulto y la infancia se desdibujen de tal forma que puedan comenzar a establecerse nuevas relaciones de igualdad y construcción conjunta, más creativas e innovadoras.
Consideramos que para poder cumplir los objetivos marcados por la ciudad de Toledo y Unicef, la metodología idónea para llevar a cabo el Diagnóstico Compartido y el II Plan de Infancia y Adolescencia (2020-2024) es la Investigación Acción Participativa. Se trata de una metodología propicia porque provoca un aprendizaje permanente, todo lo que se hace se convierte en objeto de reflexión y se construye una investigación junto con los jóvenes que forman parte del proceso. Así, desde el principio obtenemos su reconocimiento como sujetos de derecho, entendiendo el territorio y las relaciones que en él se dan como construcciones sociales a definir desde el diálogo, la colaboración y el cuidado mutuo. Pretendemos además vehicular esta investigación ejercida por la infancia, a través de técnicas artísticas visuales colaborativas en donde nuestra entidad cuenta con una experiencia importante, combinando la expresión colectiva con el uso de las nuevas tecnologías, lo cual nos permite extraer productos de gran impacto para la comunidad. También contamos con la aplicación de herramientas de análisis y prospección espacial como los mapeos colectivos, así como otras deliberativas y de sistematización, en las que implicamos en la investigación a diferentes actores comunitarios desde un enfoque eminentemente práctico que, al final, proporciona nuevos recursos visuales para el uso y disfrute de todos (Mapa Interactivo de Infancia). Al mismo tiempo, estos recursos suponen estrategias importantes para visibilizar y reforzar lo existente en el territorio, vinculando las actuaciones con la parte organizativa del II Plan de Infancia y Adolescencia.